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Esto es todo lo que debe tener una buena app

Esto es todo lo que debe tener una buena app

Escrito por Albert Miró

Pese a que cada aplicación es todo un mundo, sobretodo por el tipo de target al que puede apuntar, lo cierto es que nos hemos encontrado con que siempre se debe cumplir un mínimo de forma genérica para considerar la aplicación “una buena aplicación”. En el post de hoy me gustaría hacer un repaso breve a algunos aspectos que considero, desde el punto de vista del desarrollador, importantes que toda aplicación debe contener, desde temas de privacidad, usabilidad u opciones que ofrecemos al usuario para tener un control sobre su aplicación. ¡Vamos allá!

Aspectos indispensables en una app

Empezamos por lo más evidente, y se trata de la interfaz. Ya hemos visto que el diseño de las aplicaciones ha ido cambiando hasta llegar a donde estamos hoy. Hemos pasado de los brillos y los degradados a optar por un diseño minimalista y plano. Pero hay algo que también está cogiendo mucha fuerza recientemente. Cada vez son más las aplicaciones que se preocupan por el cansancio que pueden coger nuestros ojos, sobretodo de noche, y es por ese motivo que se implementa un modo con un nombre muy original: el modo nocturno. Este modo es un tema para la interfaz el cual hace que toda la aplicación sea oscura, siendo más agradable a la vista en momentos de poca luz ambiental, como cuando estamos en la cama antes de ponernos a dormir, una situación muy recomendable para usar nuestro teléfono. Dejando el sarcasmo a un lado, es cierto que mucho software, incluso en escritorio, pretende adoptar esta tendencia, y la prueba está en que incluso la nueva versión de macOS, Mojabe, tendrá modo oscuro en su interfaz. Es una moda que está adquiriendo mucha fuerza, de modo que es uno de los aspectos que toda aplicación debe tener.

Pero no todo va a ser interfaz. Con todo el escándalo que ha habido a raíz de Facebook y su filtración de datos sensibles de usuarios, algunas aplicaciones han decidido ceder al usuario el control total del acceso a ciertos recursos del teléfono, como la localización o la cámara. Si bien es cierto que esto ya lo hemos tratado, no está de más recordar que debemos dar al usuario esta opción. Y ahora lo tenemos más fácil que nunca, ya que, usemos la herramienta que usemos, tienen acceso a la solicitud de permisos. Una solicitud que no va a correr a nuestro cargo, si no que la pide al terminal y éste se encarga de comunicarse con el usuario. Ya sea Ionic, Cordova, o lenguajes nativos con sus respectivos IDE, como Android Studio o XCode, tenemos una API a nuestra disposición con una sección dedicada a la solicitud de permisos de usuario. No debemos dejarlo de lado, un escándalo sobre opacidad a la hora de tratar con datos de usuarios y se nos puede hundir el tema…yo no me la jugaría, y mucho menos después de comprobar que Mark Zuckerberg es vulnerable y puede pasar por un aprieto debido a este asunto.

Vamos un poco más allá y hablemos de la extensión fuera del terminal móvil. Es importante que nuestra aplicación tenga conectividad con un dispositivo de escritorio, ya sea un PC o un Mac. Dar la posibilidad de gestionar nuestras operaciones a través de una pantalla mayor es un aspecto que todo usuario agradece; de lo contrario, servicios como Wallapop no hubieran abierto su versión en web. Y es que podemos volver a la misma situación: gracias a que tenemos frameworks disponibles, como Cordova o Ionic, que usan lenguajes web para hacer apps, la conversión al navegador es muy sencilla. Un sólo código, varias compilaciones. Estamos en la época perfecta para que podamos extender los beneficios que queremos dar con nuestro servicio tanto al smartphone o tablet, como al escritorio, sin coste ni esfuerzo extra. Y muy unido a esta conectividad está la usabilidad. No podemos olvidar que nuestra aplicación debe ser sencilla de usar, con una composición de colores cómoda a la vista y que nos ayude a comprender la lógica de la aplicación. La distribución de elementos debe seguir una lógica, aunque tenga su homónimo en escritorio, teniendo interfaces reactivas (responsive) y adaptables a todo tipo de pantalla, ocultando y mostrando los elementos que sean necesarios para cada situación.

En resumen, realmente y desde mi punto de vista, esto es lo que hace una buena aplicación:

  • Una buena interfaz, con modo noche para los más nocturnos
  • Control total sobre tu privacidad y el flujo de tus datos personales
  • Extensión a nuestro ordenador para seguir usando la aplicación o al menos una parte de ella
  • Usabilidad óptima para un uso cómodo y eficaz

Como siempre digo, no tengáis miedo a dedicar esfuerzo y recursos a estos aspectos, ya que el tiempo es oro y como consecuencia es una inversión que os puede traer muchos beneficios a que si, por lo contrario, no hacéis caso a nada de esto.

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