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Guía para diseñar y elegir el mejor packaging para un producto

Guía para diseñar y elegir el mejor packaging para un producto

Escrito por Susana Chamorro

A menudo las decisiones de compra se toman por una primera impresión, por aquello que rodea al producto. El packaging puede ser clave para vender más. Veamos en qué consiste y cómo enfocarlo.

¿Qué es el packaging?

El packaging es la denominación que usamos para referirnos al envoltorio, envase (pudiendo incluir un envase principal y otros adicionales), embalaje y etiquetado de un producto. Por lo tanto, bajo esta denominación podemos hablar tanto del papel que envuelve al producto, a la caja, el envase o a cualquier otro material que lo proteja en su camino de la fábrica al almacén y al minorista final, etc.

¿Cuáles son las funciones de packaging?

  • Una primera función es la obvia de contener, proteger y conservar y transportar al producto en su itinerario desde la producción al consumo, de la fábrica al cliente final.
  • El packaging es el soporte informativo del producto, en él suele encontrarse los datos del fabricante y del producto, fechas de caducidad, composición y otras informaciones adicionales que suelen venir reguladas por diferentes normativas. El etiquetado forma parte, pues, del packaging.
  • Tiene una función de márketing clara. A menudo se le llama “vendedor silencioso” porque con su estructura, su forma, su material, sus colores… provocan reacciones de compra en los clientes potenciales. Es una ventana abierta de comunicación hacia el consumidor. Se reconoce, además, su utilidad como estrategia de branding (el proceso de construir una marca).

Guía para diseñar y elegir el mejor packaging para un producto

Cómo diseñar un buen packaging

  • La primera recomendación es que debemos conocer a fondo a nuestro público objetivo. No será lo mismo dirigirse a niños, que a mujeres entre 20 y 40 que a hombres directivos de más de 45 años.
  • Debe diferenciarnos del resto de productos de la competencia. Por ejemplo, si está en el lineal debe destacarse de los demás, debe llamar la atención. Es el primer elemento de contacto con el consumidor. De ahí puede nacer un flechazo o una primera impresión de indiferencia. En esta línea, por ejemplo, el envase debe crear “facing”, es decir, debe permitir que nos vean la cara del envase en el lineal.
  • Que llame la atención y logre diferenciarnos no debe estar reñido en cuanto a funcionalidad.
  • Debe responder a criterios adecuados en relación a sus cuatro ítems clave:
    • Tamaño
    • Forma
    • Color
    • Materiales
  • Debe contemplar una función estética y simbólica respecto a lo que el consumidor necesita y lo que simboliza ese producto para su público objetivo. Utiliza con el packaging estrategias de neuromárketing.
  • Ha de ser coherente con el posicionamiento del producto. Si se trata de una crema de lujo el packaging debería de tener como atributos la elegancia, la calidad y unos colores que se relacionasen con sus características intrínsecas, su precio y otros aspectos de su promoción. Si se trata de un producto de precio bajo debería diseñarse un packaging correcto pero no ostentoso y que fuera barato.
  • Es interesante en algunas ocasiones también aportar un valor añadido al envase. Por ejemplo, que contenga información de utilidad para el consumidor (por ejemplo con alguna recomendación de cocina en el envase), juegos en el caso del packaging de productos dirigidos a niños, etc.
  • Su re-utilización también puede ser una buena arma. Le das otra utilidad al producto (por ejemplo, el clásico vaso del bote de una famosa marca de crema de cacao) y trabajas aspectos medioambientales que, actualmente, también son muy bien recibidos por el consumidor.
  • Utiliza la creatividad también para el packaging. No sólo en cuanto a innovación de tipo de envase o embalaje sino también en la estética del mismo. Equilibra esa creatividad con la claridad y simplicidad de comunicación de qué es, para qué sirve y por qué interesa el producto.
  • Inspírate en packagings exitosos. Te recomendamos algunos de ellos:
  • Una experiencia: Packaging de Happy Pills, donde se cambia el público objetivo de las gominolas de niños a adultos y se trabajan envases con aspecto de packaging farmacéutico y con mensajes (etiquetas) con frases positivas, asociando esos dulces a pequeños “mordiscos” de felicidad.
  •  Los premios Pentawards, donde se premian las mejores iniciativas mundiales sobre este tema. Siempre puede ser muy inspirador.
  • Otros ejemplos interesantes en este link.
  • Visita las ferias y exposiciones del sector de actividad de tu producto pero también las específicas de packaging, como Hispack en Barcelona o Empack en Madrid.
  • Y, finalmente, no trabajes aislado, el packaging es una parte más de la estrategia de márketing de la compañía.

Como habrás visto no parece nada fácil acertar con el packaging. Sin embargo, el esfuerzo merece la pena dado que el packaging es, de alguna manera, el portavoz del producto, la primera comunicación y algo que construye marca y que logra, por sí mismo, captar clientes.

¿Recuerdas algún packaging que te haya impactado?

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