¿Qué es la jugabilidad en videojuegos? Definición y características
Cuando diseñamos un videojuego tenemos que tener en cuenta diferentes aspectos, desde el punto artístico de este, hasta las mecánicas. ¿Sabes qué es la jugabilidad? En este blog definimos uno de los valores más reseñables para que una aventura digital triunfe en el mercado.
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Tabla de contenidos
La jugabilidad en videojuegos: qué es y su importancia
Has empezado a leer porque querías conocer la definición de jugabilidad, y aquí te la traemos: capacidad de un videojuego para hacerle entender al jugador las reglas que definen el mundo en el que se desarrolla. Es decir, la jugabilidad es la habilidad de la historia para explicar y ejecutar de forma clara y concisa las diferentes interacciones entre los elementos que componen la experiencia.
La jugabilidad es un término muy vinculado a la experiencia de juego y tiene un carácter bastante subjetivo. Y es que un tipo de jugador puede entender esas dinámicas de manera sencilla y a otro le puede resultar inviable. Así pues, podemos entender que el término de la jugabilidad está en cierta medida también vinculado a la dificultad. La jugabilidad de un videojuego debería contar con atributos como los siguientes: ser verosímil, usable, interesante, divertido y accesible, entre otros.
El papel de la jugabilidad es crucial a la hora de diseñar cualquier videojuego. Contar con unas dinámicas comprensibles y bien configuradas hará que la interacción del/a usuario/a con los componentes de la historia sea de lo más fructífera, dando lugar a una mayor satisfacción, diversión y capacidad de fidelización de los/as gamers, que se enganchan al juego.
Además de hacer que la experiencia de usuario sea deliciosa, una buena jugabilidad también permite mejorar el rendimiento técnico del videojuego, reduciendo al máximo la posibilidad de que haya algún error durante su ejecución
¿Qué características tiene la jugabilidad? Así se analiza
Ya conoces el significado de jugabilidad. ¿Sabrías como analizarla? Estudiarla forma parte de las funciones de un diseñador de videojuegos. Empecemos por lo más básico: si quieres evaluar la jugabilidad del videojuego, tienes que conocer primero los objetivos que pretendes alcanzar para conseguir una interacción que sumerja a usuarios y usuarias en una aventura única.
A continuación, te dejamos algunas de las características que cualquier videojuego debería cumplir:
- Busca siempre el entretenimiento del/a jugador/a y hacer que este juegue el mayor tiempo que sea posible.
- Retar al/la jugador/a a que supere los obstáculos siendo estos retos algo estimulante y divertido.
- Ofrecer siempre una recompensa intrínseca, un ejemplo de ello puede ser la diversión o la superación.
- Hacer que el/la jugador/a progrese en el juego y vaya ganando experiencia y habilidad en el mismo.
- Mantener siempre ubicado/a dentro del juego al/a usuario/a. Un ejemplo claro de lo que no se debería hacer sería mezclar los diferentes entornos de UI, juego y menú, provocando que la persona se pierda.
- Definir y crear un mundo coherente, así como las reglas que lo definen.
- Una vez definidas las reglas del mundo no cambiarlas de forma aleatoria o injustificada.
- Hacer que los retos tengan una solución razonable, no insertar deus ex machina dentro de nuestro videojuego.
- Hacer que los retos y misiones del juego se muestren de forma clara.
- No dejar nunca que la persona se pierda sin saber que tiene que hacer en el juego.
Con esto lo que estamos intentando es que las reacciones que nuestro jugador tenga en el momento de jugar a nuestro juego sean positivas (sorpresa, emoción o entretenimiento) evitando sensaciones de frustración, molestia, confusión, abatimiento, aburrimiento o distracción.
Dificultad de la jugabilidad
La definición de jugabilidad también integra dentro de otros aspectos como la dificultad, variable muy vinculada también a la habilidad de la persona que esté jugando. Este elemento es complejo, pero a modo de introducción, cabe que destacar que la dificultad de un juego debe mantenerse dentro de un equilibrio, haciendo que el juego no sea muy difícil, pero a su vez que no sea muy fácil.
Además, hay que tener en cuenta que la complejidad del mismo debe ir creciendo a medida que el juego va avanzando, y del mismo modo avanzará también la habilidad de quien esté participando en el juego, así como su experiencia.
Un juego en el que el usuario tiene muy complicado saber qué pasa a continuación, puede crear cierta frustración y provocar que este abandone y lo deje a medias
Esto nos lleva a pensar cómo ya hemos mencionado varias veces que juzgar la jugabilidad de un videojuego puede ser en algunos aspectos algo un tanto delicado si nos ponemos muy detallistas, pero sí que a grandes rasgos todos podemos determinar con facilidad si un juego determinado no se puede jugar porque los controles del mismo son insufribles, o porque la historia que hay detrás del juego no tiene ningún sentido ni lógica.
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