Analizando la cultura emprendedora en Europa
¿Es Europa el continente más emprendedor? ¿Es España un país con facilidades para emprender? ¿Cómo fomentar que las personas emprendan más y mejor?
Estas son algunas de las preguntas que pretendemos contestar en este post. Aunque, antes de entrar de lleno, podríamos preguntarnos por qué es positivo fomentar la cultura del emprendimiento. Son muchas y variadas las razones pero, entre otros motivos:
- En primer lugar, debemos fomentar la cultura emprendedora porque en Europa no hay tanta tradición empresarial como en otras zonas. Por ejemplo, en el continente americano emprender es algo mucho más natural, obvio e integrado en la cultura y en la educación de las personas. A este hecho, hay que añadir que los europeos estigmatizamos el fracaso de manera más acentuada que los americanos. Si os animáis, pegadle un vistazo a este artículo que relata como el estigma del perdedor es la principal barrera para emprender en nuestro continente.
- Es una medida para luchar contra la crisis, que ha azotado al continente europeo de manera severa en los últimos años y, en especial, a España. La generación de ocupación no puede ser siempre por cuenta ajena. Hemos de introducir en nuestro imaginario colectivo la ocupación por cuenta propia al mismo nivel que la ajena.
- El emprendimiento no sólo es una manera de dinamizar la economía y generar ocupación, también puede ayudar a la realización personal y a alcanzar objetivos sociales y comunitarios. No en vano, uno de los segmentos que crecen más en la actualidad es el del emprendedor/a social.
Tabla de contenidos
La cultura emprendedora
¿Cómo fomentar el espíritu emprendedor?
Algunas medidas para fomentar que las personas emprendan más y mejor desde Europa y desde los países miembros de la UE se ven reflejadas en el plan de acción europeo “Iniciativa empresarial 2020”. En este programa se pretende ayudar a los/as europeos/as a identificar la actividad emprendedora como una opción gratificante y atractiva a través de tres áreas:
- Educación y formación. Es necesario que los jóvenes se formen en emprendimiento. Conozcan qué supone emprender, iniciativas emprendedoras que les puedan inspirar y que, entre otros aspectos, trabajen competencias emprendedoras (innovación, creatividad, flexibilidad, trabajo en equipo, etc.) de manera específica pero también transversal en relación al resto de asignaturas de su itinerario formativo curricular. Así mismo, es interesante que se trabajen los conocimientos y habilidades necesarios para impulsar iniciativas jóvenes relacionadas con productos y servicios digitales.
- Mejora del entorno empresarial, mejorando sobre todo el acceso a la financiación y dinamizando los traspasos y cesiones de los negocios. Pero también las trabas burocráticas para emprender. Según el área de empresa e industria de la Comisión Europea, en la UE, “el tiempo medio para poner en marcha un negocio se ha reducido de nueve a cinco días y el coste ha disminuido en casi un 20 % – de una media de 463€ a 372€”. No obstante, está claro que aún hay que seguir mejorando. Y mucho más en el caso de España. Según el estudio Doing Business, elaborado por el Banco Mundial, España ocupa la posición número 76 de un total de 189, del ranking de facilidades por parte de la Administración Pública a la hora de crear una empresa. Sobre el acceso a la financiación, también hay que trabajar que las posibles start-ups que nazcan puedan tener acceso a capitales de manera tradicional (préstamos, créditos, etc.) o a través de vías más alternativas y novedosas (fondos de capital riesgo, líneas de crowdlending, etc.).
- Promoción del emprendimiento de colectivos específicos que tienen especiales dificultades, como mujeres o inmigrantes entre otros. Centrándonos en el colectivo de mujeres parece importante que la mitad de la población pueda emprender en igualdad de condiciones que la otra mitad. Entre otras razones, la existencia de un evidente techo de cristal para acceder a puestos de responsabilidad y también para emprender lastran las estadísticas del emprendimiento en femenino.
¿Y qué tal en España?
En España hay poca cultura emprendedora, pero no le va tampoco mucho mejor a Europa si la comparamos con Estados Unidos u otras economías emergentes. En el último estudio GEM 2014 (un estudio que mide la actividad emprendedora, las actitudes y las aspiraciones de los individuos), la tasa de actividad emprendedora española había mejorado llegando hasta el 5,47%, aunque todavía lejos del 7% en el que se encontraba esta tasa en los inicios de la crisis (2008). Y aunque todavía casi un 30% de las personas que emprenden lo hacen por necesidad que no por oportunidad, según el propio estudio GEM, esta ligera mejoría podría ser el reflejo de “un leve aumento en la identificación de oportunidades y disminución del miedo al fracaso como obstáculo para emprender, así como de los síntomas positivos que los expertos españoles manifiestan en la mayoría de las condiciones del entorno emprendedor español”.
Y tú, ¿emprendes o trabajas? Si pudieras elegir, ¿por qué sistema optarías?