Objetivos de la gestión de stocks: ¿qué tengo en mi almacén?
En el post de hoy hablaremos sobre la gestión de stocks, en qué consiste y por qué es un objetivo fundamental de todas las empresas. Para empezar vamos a definir que son los stocks, de manera que podemos usar la entrada simple que encontramos en el Diccionario de la Real Academia Española que lo define como la cantidad de mercancías que se tienen en depósito. Pues bien, cuando hablamos de gestionar estos stocks nos referimos al conjunto de actividades que, dentro de la empresa, permiten conocer con exactitud el volumen de ventas o salidas de existencias para así determinar la cantidad precisa a solicitar a los proveedores. Así pues podemos indicar que la gestión de stocks en su modalidad más primitiva consiste básicamente en dos acciones:
- Determinar en qué momento debemos pedir producto.
- Mantener actualizada las materias de las que consta el almacén de la empresa.
¿De qué puede estar formado el stock de una empresa?
Después de hacer referencia a qué dos puntos básicos constan en la gestión de stocks, es importante conocer de qué están formados los stocks de las sociedades mercantiles, para que entendáis mejor por qué deben gestionarse, así pues encontramos varios productos que formar parte del stock de las empresas, que podemos resumir de la siguiente manera:
- Materias primas: Se trata de todos aquellos productos que sirvan para la fabricación y que se encuentran en el almacén para ser utilizados en el proceso de producción.
- Productos semiterminados: son todos aquellos que restan a la espera de ser reintegrados en la siguiente fase del proceso de producción.
- Productos terminados: son aquellos listos para ser vendidos.
- Bienes de equipo y recambios: el stock también incluye todos aquellas piezas destinadas a la sustitución de las deterioradas en las máquinas usadas para el proceso de producción.
- Productos defectuosos u obsoletos: son todos aquellos que han salido con algún defecto de fabricación o que han quedado desfasados.
- Residuos: todos aquellos que pueden o no aprovecharse también forman parte del stock.
Sé que pueden pareceros conceptos muy básicos pero debemos hablar de ellos para poder entender qué contiene el stock y por qué debe gestionarse, así que debemos hacer una última clasificación que recoja los diferentes tipos de stock que pueden existir, así pues podemos dividirlo en dos grandes grupos; según el criterio funcional o según el criterio operativo. Según el criterio funcional se puede agrupar el stock de la siguiente manera:
- Stock de ciclo: normalmente se tiene stock suficiente para atender a los clientes habituales de las empresas de manera que siempre queden cubiertas unas necesidades mínimas.
- Stock de seguridad: en el caso que en algún momento aumente la demanda o haya algún retraso de los proveedores, la empresa tendrá en retén stock suficiente par cubrir estos imprevistos. También existe el control estacional, en épocas como pueden ser las navidades.
- Stock muerto: son los artículos obsoletos que ya no podrán venderse y deben ser desechados.
Dentro del criterio operativo podemos distinguir:
- Stock óptimo: tiene en cuenta dos factores, una adecuada atención a la demanda y una alta rentabilidad ya descontados los costes de almacenaje.
- Stock cero: se identifica con el modelo de producción Just in Time (que explicaré un poco más adelante), que consiste en el sistema de producción siempre baho demanda, sólo se producirá si se pide expresamente ese producto y en la cantidad pedida.
- Stock físico: se trata de la cantidad de artículo disponible en un momento determinado en el almacén.
- Stock neto: se trata del stock que existe menos la demanda que no se ha satisfecho.
- Stock disponible: se trata del stock físico sumando los pedidos en curso pedidos a los proveedores restándole la demanda insatisfecha.
Una vez que ya hemos hecho referencia a qué es el stock, y que tipos de criterios se siguen para clasificarlo, vamos a hablar de tres maneras para gestionarlo más tradicionales.
Modelos de gestión de stocks
En primer lugar podemos hacer referencia al modelo Wilson, este empezó a desarrollarse cuando se empezó a gestionar el inventario de las empresas, su característica principal es que se pensó para empresas que piden sus productos y pagan un precio fijo, con independencia de la cantidad transportada. En estos casos los pedidos que minimicen los costes se debes hacer los mínimos pedidos posibles ya que al pagarse un precio estandarizado por cada pedido, resulta mucho más caro tenerlos almacenados y transportarlos. Otro de los modelos más utilizado en cuanto a la gestión de stock se refiere es el modelo llamado ABC, en este modelo se da importancia a las existencias según estén clasificadas en el grupo A, en el grupo B o en el grupo C. Las existencias del grupo A son las más importantes, ya que son las esenciales para el perfecto desarrollo de la empresa, aquellas contenidas en el grup B no son tan imporntantes, pero deben gestionarse de manera adecuada para que la empresa no tenga pérdidas, y por último las del grupo C son aquellas más abundantes pero cuyo valor para la empresa es de poca importancia. Y por último como ya he mencionada anteriormente existe el model Just in Time, conocido como JIT o Justo a Tiempo, que consiste en trabajar bajo una demanda concreta, de manera que se intenta que nunca se tengan más existencias de las necesarias para cumplir con el pedido solicitado. Es evidente que hoy en día las empresas tienen mucho más fácil gestionar su producción y su stock gracias a las nuevas tecnologías que han facilitado que se tenga controlado al mílimetro el almacén de las empresas para generar así los mínimos costes posibles, tanto de almacenamiento como de pérdidas por acumulación de mercancías.