Neurociencia y neuromarketing
Nuestro cerebro caracteriza cómo somos, cómo procesamos el mundo que nos rodea y también cómo actuamos. A través del estudio del cerebro y del sistema nervioso entendido de una forma más global la ciencia es capaz de entender sus mecanismos para tener una mejor salud y una vida mejor. También hay nuevas aplicaciones que fusionan la neurociencia desde el punto de vista social con otras disciplinas como el marketing.
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¿Qué es la neurociencia?
Si empezamos por cuál sería la definición oficial de la neurociencia podríamos decir que es la “ciencia que se ocupa del sistema nervioso y de cada uno de sus diversos aspectos y funciones especializadas”. Tradicionalmente, la neurociencia se ha ocupado del estudio del sistema nervioso, pero entendiendo la neurociencia de una forma más amplia no solo se enfoca a entender cómo funciona el cerebro, sino que también se enfoca a conocer nuestros pensamientos, conductas y emociones.
A menudo utilizamos de forma indistinta las palabras cerebro y mente, pero realmente hay matices de significado entre los dos términos. El cerebro es un órgano, es algo físico. Está compuesto por células nerviosas y es el encargado de coordinar diferentes funciones vitales del cuerpo, movimiento, etc. Mientras que la mente es como su nombre indica un concepto mental. De hecho, se refiere al proceso de pensamiento de una persona así como la conciencia y la comprensión.
La neurociencia cognitiva es la que establece la relación entre la neurociencia y la psicología cognitiva. A través de la psicología cognitiva se estudia el lenguaje, la atención, la memoria, entre otras funciones. A través de la neurociencia cognitiva se relaciona el funcionamiento del cerebro con nuestras conductas y capacidades cognitivas. De este modo, podemos decir que a través de esta disciplina relacionamos la mente y el cerebro.
Una de las áreas más importantes de estudio y que veremos más adelante que tiene un papel fundamental en el neuromarketing es el estudio del cerebro y las emociones. Las emociones se procesan a través del sistema límbico así como de la amígdala y la cara orbitaria y medial del lóbulo frontal. Las emociones generan diferentes respuestas motoras, especialmente en los músculos faciales siendo una herramienta vital que informa a los demás sobre nuestro estado de ánimo. Además, las emociones nos generan un conjunto de activaciones del sistema nervioso que a su vez generan cambios en nuestro cuerpo como el aumento de la frecuencia cardíaca, tensión o, por el contrario, relajación, temblor, etc. De hecho, hay tantas reacciones físicas como emociones experimenta la persona.
Neurociencia aplicada al marketing: neuromarketing
Tradicionalmente el marketing se orientaba a satisfacer necesidades de los clientes a través de ofrecerles servicios y productos que cubrieran esas necesidades o deseos. Eso sigue siendo parcialmente vigente, pero claramente en la actualidad el marketing pone al cliente en el centro de su estrategia. Para ello, es clave entender en profundidad cómo piensa el cliente y qué siente. Solo de este modo podremos tener una verdadera orientación a cliente. Y es en este punto donde la neurociencia es una gran aliada.
Entender los mecanismos mentales de los consumidores, qué emociones les despiertan nuestros productos y la comunicación que realizamos, cómo interpretan nuestra propuesta de valor, cuáles son los pasos y argumentos en los mecanismos de toma de decisión. Estos son solo algunos ejemplos de preguntas a los que la neurociencia busca dar respuesta.
El neuromarketing estudia, observa y mide las respuestas físicas y sensoriales que se producen en las personas antes un conjunto de estímulos específicos. Estos estímulos son los que generan las acciones de marketing entendidas en su sentido más amplio: anuncios en cuanto a publicidad, identidad visual de una marca, sensación que percibe un cliente al visitar una tienda, impacto que generan las acciones promocionales y ofertas, etc. Precisamente porque el marketing es una disciplina dinámica y mucho más a través del canal digital, los estímulos pueden ser infinitos y personalizados para cada uno de los clientes en muchos casos.
A través del estudio de estas respuestas físicas y sensoriales, las marcas pueden predecir el comportamiento de los clientes. Esta información es de gran valor, ya que genera un conjunto de argumentos más allá de las técnicas propias del marketing que permiten ajustar las acciones de marketing y comunicación para conseguir un mayor impacto en los clientes. Aprende más sobre todo este mundo con un curso de neuromarketing.
El neuromarketing se centra especialmente en tres grandes ramas:
- Visual: intervienen todos los impactos que percibe la vista y está demostrado que es el sentido que más rápido llega al cerebro. En la actualidad, estamos sometidos a muchos impactos visuales de forma constante y es un reto entender cómo nuestro mensaje consigue sobresalir por encima del resto.
- Auditivo: canal muy importante, ya que juega un papel fundamental en las emociones, refuerzan mensajes visuales y ayudan a crear vínculos.
- Kinestésico: es la rama que tiene que ver con el gusto, el tacto y el olfato.
Anna Mercadé
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