¿Por qué estudiar neuromarketing?
El marketing, al igual que muchas disciplinas, evoluciona como es lógico al mismo tiempo que lo hace la sociedad. Ahora mismo, no podemos concebir el marketing sin tener en cuenta la parte digital. Ocurre lo mismo si relacionamos el marketing con la sociología y el hecho de entender los comportamientos que ocurren en a nivel social y psicológico en cuanto a los consumidores. En este sentido, encontramos el área de especialización del neuromarketing. ¡Hazte experto con un curso de neuromarketing!
¿Qué es el neuromarketing?
Si todavía no sabes qué es el neuromarketing, podemos empezar con la definición para crear un marco: el neuromarketing es la disciplina dentro del ámbito del marketing que se centra en estudiar el proceso de compra, así como todo el conjunto de decisiones que pasan por la mente del consumidor antes, durante y después de la compra. También analiza lógicamente el proceso de decisión de los usuarios que consideran nuestros productos o servicios que finalmente deciden no comprar. Es tan importante entender cómo nos compran y por qué como también por qué deciden no hacerlo.
De alguna manera podemos decir que el neuromarketing se centra en hacer una radiografía mental de nuestros clientes y clientes potenciales para entender mejor sus procesos de decisión y como cada una de las decisiones que el cliente va tomando se relacionan entre sí. Por lo tanto, el neuromarketing se centra en estudiar el subconsciente de los usuarios o clientes para poder entender y predecir sus compartimientos.
¿De dónde viene entonces el concepto neuromarketing? Pues como ya habréis podido anticipar, viene del hecho de investigar las conexiones neuronales y sensoriales que se producen a través de los diferentes impactos que los clientes van recibiendo. Tenemos que entender los impactos en el sentido más amplio, ya que no solo hablamos de impactos publicitarios que nosotros como marca generamos sino que también lo son las recomendaciones que un usuario hace a otro, los contenidos que se generan en las redes sociales, las opiniones que puede haber en foros, o simplemente cualquier impacto que puede no estar directamente relacionado, pero que influya en la decisión del usuario.
Cómo aplicar el neuromarketing
Entender mejor las necesidades de los clientes, sus deseos, cómo piensan, cómo sienten son las eternas preguntas que los profesionales del marketing se realizan no solo para realizar campañas más relevantes y personalizadas sino para poder ofrecer los productos y servicios que el cliente quiere, más allá de si realmente lo necesita o no.
Sabemos que ante una decisión, y realizar una compra es un acto de decisión, las emociones juegan un papel superior al 90%. ¿Es obvio que no podemos dejarlo de lado verdad? Y no solo nos referimos a claims publicitarios que aludan a los sentimientos, aspiracionales y que nos hagan soñar. Nos referimos al conjunto que experiencias que tenemos a través de la audición, impactos visuales pero también los que percibimos a través del tacto o el olfato. Todo ello es una coctelera que nos genera un conjunto de sentimientos, que son los que intentamos entender e incidir a través del neuromarketing.
Realmente, una campaña de marketing, si está bien conceptualizada y con insights tan potentes como los que nos proporciona el neuromarketing, nada debería dejarse al azar. Por ello es esencial estructurar los puntos de contacto con el cliente en base a un customer journey y a una historia a través de la cual le guiamos en el proceso de decisión.
Vemos un ejemplo más concreto de lo que acabamos de comentar en el punto anterior. Imaginemos un usuario al que impactamos con una campaña inspiracional de looks de tendencia de primavera-verano. Luego con contenido más centrado en zapatillas deportivas, seguido de contenido de redes sociales en el que usuarios llevan esas zapatillas. Finalmente, le impactamos con un código de descuento para ciertas zapatillas que queremos ofrecer en promoción. Este viaje en el que guiamos al usuario está perfectamente pensado para irle guiando en el proceso de decisión y, si bien el interés por la moda y las zapatillas deportivas es intrínseco al usuario, nosotros a través de la historia de impactos le hemos ido guiando en el proceso de decisión. Hasta el punto que, con el descuento, le formamos a auto-convencerse de que está tomando la mejor de las decisiones. Claramente, este es solo un posible ejemplo y que funcionaría para cierto segmento de clientes.
Trabajar todas estas palancas que hacen que se acelere el deseo o la necesidad de adquirir un producto es donde el neuromarketing nos ayuda y nos dota de argumentos y herramientas para ir modulando y probando qué funciona mejor para cada tipo de cliente. Medir y tener conclusiones tangibles es lo que nos ayudará sin duda a marcar la diferencia.
Anna Mercadé
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