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Consejos para la concepción de la idea en un videojuego

Consejos para la concepción de la idea en un videojuego

Escrito por Jordi Mula

Un videojuego es la gran mayoría de casos (por no decir en todos ellos) un acto narrativo, es contar una historia, hacer partícipe al jugador de unos acontecimientos. La calidad o la cantidad de narración dependerá del tipo de juego, pero podríamos decir, que en cierta forma todos los elementos que configuran el juego están diseñados o pensados para generar una emoción, una sensación o sentimiento en el jugador. De igual forma que han hecho a lo largo de la historia todas las formas de arte de las que se ha servido el ser humano para expresarse. Ya sea desde un punto narrativo, artístico, más “estético” o incluso visto desde un punto de vista más mecánico o más de proyecto.

Está claro que todo debe partir siempre de una idea. Una mala idea bien trabajada puede acabar en algo que nos sorprenda e incluso una muy buena idea mal trabajada puede acabar en el cajón de las cosas para olvidar. Así que no todo es la idea, evidentemente, pero la chispa que da vida a algo nuevo debe nacer, irremediablemente, de una idea.

 

El concepto de un videojuego

Como ya hemos mencionado antes, todo debe partir de una idea, y esa idea puede nacer de muchas cosas, en realidad podemos construir el juego o el concepto en el que basar este de maneras muy diferentes. Igual tenemos la idea de la soledad, de cómo nos sentimos perdidos y nos cuesta encontrar nuestro lugar, nuestro camino. Es simplemente una idea, una pequeña semilla, pero que recursos podemos tener para hacer crecer esa idea y convertirla en algo robusto.

Muchas veces asociar conceptos e ideas nos permite progresar en el desarrollo de una chispa inicial, si nos centramos en el ejemplo anterior podemos buscar las palabras clave que hemos mencionado: soledad, perdido, lugar y camino. Y a partir de cada una de ellas podemos ir generando otras ideas relacionadas. Si por ejemplo escogemos la primera palabra que nos ha venido a la cabeza: soledad, deberíamos ir relacionando otros conceptos, otras palabras para ir construyendo una pequeña nube de chispa. En este caso podríamos pensar en: unidad, uno, individuo. De una sola palabra hemos generado tres conceptos nuevo, con este método deberíamos ir generando nubes nuevas para cada uno de los conceptos iniciales, por ejemplo para perdido: buscar, laberinto, mapa. Y así sucesivamente.

Esto nos crearía un nuevo sistema, diferentes nubes de chispas que deberíamos ir enlazando entre ellas, lo que nos crearía una pequeña red de conceptos de ideas sobre la que podríamos ir trabajando. En este ejemplo inicial hemos realizado el ejercicio a partir de un concepto abstracto, pero como ya hemos dicho en el comentario inicial, la idea podría ser una mecánica, un aspecto visual o una emoción que queramos provocar en el jugador.

Para cerrar la concepción una vez que tengamos definida nuestra red de ideas es cuestión de ir descartando aquellas que no nos inspiren y trabajar un poco más en todas las que sí que nos transmitan una sensación diferente.

A partir de la pequeña nube que hemos generado, podríamos elegir algo parecido a: un único jugador, solo en un mundo de caminos laberínticos tiene que jugar con la perspectiva del mundo para encontrar el camino correcto para llegar al final del viaje. Seguramente a alguno de vosotros la idea os habrá sonado. Y este es otro de los problemas importantes que nos podemos encontrar. Las ideas son pequeñas luces, pequeñas luciérnagas que nos iluminan en un momento de oscuridad, y es habitual, que varias personas se vean iluminadas por un mismo destello. Así que parte del trabajo de concepción es también ver que ideas similares ya han sido creadas, que tiene de diferente nuestra creación, que la haría especial, que marcaría la diferencia.

Este sería un método para darle forma a una pequeña chispa, a un pequeño pulso, pero a partir de aquí tenemos que hacer crecer el concepto de nuestro juego, tenemos que ir dándole forma. Es importante visualizar esa idea, aplicar una visión más cinestésica a lo que tenemos delante, qué tipo de Look’n Feel podría tener, que colores oímos, que sonidos vemos cuando pensamos en ese hilo que hemos ido desgranando de la tela de araña que hemos construido en la fase inicial.

Métodos de concepción, visualización o creación de ideas hay muchos y muy diversos y en la mayoría de ellos encontraremos un concepto muy habitual en el mundo de los videojuegos, la iteración. Para dotar de mayor presencia, de mayor volumen y de mayor entidad a nuestra idea podemos realizar diferentes pasadas a las diferentes técnicas que elijamos en nuestros procesos creativos. Pero una vez definamos ese concepto de juego deberíamos mantenernos lo más fieles posibles a esa idea. Si no, al final tendríamos un caos que iría cambiando constantemente y esto haría imposible la realización por parte de los desarrolladores, los diseñadores y los artistas que tengan que acabar de darle forma a esa idea.

¿Estás dispuesto a darle forma a las ideas de videojuego que pasan por tu cabeza? Déjanos tu comentario