Tendencias en ciberseguridad 2023: ¡descúbrelas!

Con la expansión de Internet a cada vez más parcelas de la vida cotidiana, la privacidad de datos y dispositivos se ha vuelto un asunto clave para las empresas. Especialmente de cara al futuro, cuando se prevé que los delitos online provoquen pérdidas de más de 20 billones de dólares. Con el Curso de Ciberseguridad de Deusto Formación, aprenderás a dominar las técnicas para blindar sistemas y redes frente a los ataques maliciosos. Nuestro programa te enseñará a aplicar los procedimientos de protección en los que se trabaja actualmente, como los que te revelamos en este artículo. ¡Sigue leyendo, descubre las tendencias de ciberseguridad en 2023 y adelántate a los crackers!

Estas son las tendencias de ciberseguridad en 2023

La última década le ha dado un giro de 180 grados a la seguridad en Internet. Cada vez se hacen más trámites vía online —ensanchando las puertas para el pishing—, y el teletrabajo ha creado nuevas brechas por las que los ciberdelincuentes pueden acceder a los datos de las compañías.

La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) es otro aspecto que ha revolucionado el panorama. Como veremos al repasar las tendencias de ciberseguridad de 2023, estos algoritmos entrenados podrán ser tanto un amigo como un enemigo, en función del bando que haga uso de ellos.

El pishing, los virus y la Inteligencia Artificial comprometen la seguridad de los dispositivos con conexión a Internet

Basta navegar un poco por las últimas noticias sobre esta tecnología para ver todas las posibilidades que ofrece a los crackers. Ya existen programas con los que es posible clonar voces de, por ejemplo, allegados/as, lo que proporcionaría una mayor solidez a las estafas online; y la modificación de imágenes y la creación artificial de vídeos podría llegar a convertirse en toda una mina para las mismas.

Por esta y por otras muchas razones, hoy ya nadie duda de la importancia de la ciberseguridad, pero no todos/as están preparados/as. Si quieres ser uno/a de ellos/as, atiende, porque vamos a ver cuáles serán las parcelas de trabajo imprescindibles para garantizarla.

1. Ransomware y pishing

Aunque normalmente se habla de ellos como sinónimos, lo cierto es que se trata de cosas distintas. El ransomware es un tipo de virus que encripta los datos del dispositivo afectado y demanda un ingreso económico a cambio de su devolución.

Normalmente, se produce después de que el/la usuario/a descargue un archivo, mientras que el pishing se apoya sobre todo en enlaces fraudulentos dirigidos, en su mayoría, a obtener información tan relevante como la bancaria. Trabajar contra ambas estrategias es una de las tendencias en ciberseguridad este 2023, ya sea a través de avisos de las propias plataformas —los bancos, por ejemplo, suelen advertir de que no pedirán datos personales a través de links—, o incorporando sistemas de análisis de archivos a sus sistemas, como hace Google en su plataforma Gmail.

Y no es para menos, ya que estos delitos protagonizan los principales ciberataques famosos de 2020 y 2021, y superaron los 200 millones en 2022. Aunque, de hecho, ya estaban ahí mucho antes, jugando un papel imprescindible en la primigenia historia de la ciberseguridad.

2. Protección de datos

La suplantación de la identidad de una persona o de una institución puede generar grandes estragos económicos. Por eso, una de las tendencias en ciberseguridad en 2023 se enfoca en sistemas cada vez más sutiles de autentificación, que van mucho más allá de clicar el “no soy un robot” en la pantalla.

El objetivo es tanto protegerse frente a los bots como evitar el acceso no autorizado a información sensible por parte de agentes maliciosos. La biometría para iniciar sesión en un dispositivo o la doble autenticación están complementando a las contraseñas tradicionales para tratar de entorpecer a los delincuentes informáticos.

Este control estricto de accesos también se está aplicando con creciente rigurosidad en el cloud computing, que es un almacenamiento de datos en remoto desde cualquier dispositivo. Una gran parte de las empresas ya lo utilizan o se encuentran en plena transición, por lo que les conviene contar con especialistas capaces de evitar posibles filtrados.

3. Blindaje del trabajo en remoto

Los dispositivos personales están mucho más expuestos a los ataques que los de las empresas. No obstante, con la llegada del teletrabajo son muchos/as los que usan sus propios aparatos para realizar sus tareas laborales.

En respuesta, los/as expertos/as en ciberseguridad han aumentado sus auditorías y han empezado a transmitir a sus empleados/as consejos para detectar un ciberataque. Las corporaciones también le están proporcionando a su plantilla dispositivos de empresa para seguir trabajando en remoto, pero con la garantía de las medidas de protección que la firma haya decidido instalar.

4. Internet de las cosas

El Internet of Things (IoT) es la segunda amenaza de seguridad este año. Y, en consecuencia, una de las tendencias en ciberseguridad de 2023. Afecta principalmente a los/as usuarios/as personales, ya que hablamos de objetos que se incorporan en el hogar, pero su protección también compete a fabricantes, distribuidores y a las propias naciones.

Reino Unido, por ejemplo, pondrá en marcha en 2024 su Product Security and Telecommunications Infraestructure Act (Ley de Infraestructura de Telecomunicaciones y Seguridad de Productos), para que los dispositivos IoT no dependan de contraseñas de fábrica, cuenten con los parches de protección adecuados y detallen las posibles vulnerabilidades que podrían implicar para los/as consumidores/as. La atención a esta problemática es más bien reciente, ya que estos aparatos no contienen información per se, aunque sí permiten el acceso a otros dispositivos con los que estén conectados.

5. Detección inteligente por IA

No podemos terminar nuestro listado sobre tendencias en ciberseguridad de este 2023 sin hablar de la Inteligencia Artificial. La capacidad para entrenar a esta prometedora tecnología está haciendo posible su uso en la protección de dispositivos, concretamente, en la detección de comportamientos anormales.

Otras posibilidades de implementación incluyen la predicción de fallos de seguridad, la identificación de dirección IP fraudulentas y la aplicación automática de acciones para contrarrestar ataques. Sin embargo, y como señalamos al comienzo, también tiene un doble filo, ya que facilita enormemente la suplantación de la identidad.

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