Conceptos básicos de finanzas para no financieros
En la gestión empresarial, las finanzas tienen fama de complejas. Hoy veremos algunos conceptos básicos que nos van a introducir de manera sencilla en el tema.
¿Qué son las finanzas y por qué son importantes?
En el ámbito del management, podríamos entender las finanzas como la traducción numérica de la situación, evolución y futuro de la empresa. Su utilidad es indudable. Además, no sólo tienen su aplicación en el ámbito empresarial, sino que las familias también gestionamos nuestras finanzas.
He aquí dos objetivos importantes del área financiera en las empresas:
- Conocer la situación patrimonial de la empresa en un momento dado y su evolución (pasada y futura): sus bienes, sus deudas, cómo han ido evolucionando estos. ¿Tenemos suficiente liquidez para afrontar nuestras deudas a corto plazo?, ¿tenemos problemas con impagos de clientes?, ¿cómo pagamos a nuestros proveedores? Estas y muchas más preguntas son el día a día de las finanzas de nuestra empresa.
- Tomar decisiones financieras correctas para el buen funcionamiento de la organización. Éstas pueden ser decisiones sobre cuestiones como las siguientes:
- ¿Qué parte del movimiento de la empresa debe de ir a consumir y cuál a ahorrar? Sí, las empresas también pueden y deben ahorrar.
- ¿Hemos de invertir en algún bien? Por ejemplo, renovar maquinaria, la flota de vehículos, el equipamiento informático, etc.
- ¿Cómo vamos a financiar esas inversiones? Con ahorros de la empresa, pidiendo un préstamo al banco, negociando un sistema de pago aplazado con el proveedor…
Formalmente, hablamos de que son funciones del departamento financiero las de:
- Analizar los estados patrimoniales de la empresa.
- Planificar las necesidades reales de recursos financieros.
- Obtener los recursos financieros necesarios.
- Aplicar adecuadamente esos recursos financieros.
Conceptos clave
Mientras hablábamos introductoriamente de las finanzas, ya hemos ido viendo dos conceptos clave:
- Inversión. Está formada por todos aquellos bienes y derechos que necesita la empresa para funcionar. Estos bienes y derechos pueden pretender permanecer en la empresa a largo plazo (conformarán el activo no corriente, por ejemplo, una máquina, unos terrenos, un vehículo) o menos de un año (activo corriente, el de corto plazo, por ejemplo, los saldos de dinero que nos deben los clientes, las existencias de materias primas o de productos en stock, etc.).
- Financiación. Es la manera de afrontar la inversión. La financiación puede obtenerse con:
- Recursos propios. El ejemplo más típico es el del capital que aportan los socios de la empresa. Otra manera es la de utilizar parte de los beneficios obtenidos en el ejercicio anterior y que la empresa había “ahorrado”.
- Recursos ajenos. Los préstamos, el crédito de proveedores, las deudas con la Administración o con otros acreedores, son algunas de las vías de financiación ajena. También, como en el caso de la inversión, pueden tener un carácter no corriente (financiación a largo plazo, como por ejemplo un préstamo hipotecario para adquirir unos locales, cuyo plazo de devolución es de 10 años), o bien corriente (financiación a corto plazo, con un horizonte para devolver la deuda menor a un año).
Si ponemos en un balance contable estos dos conceptos nos salen las grandes clasificaciones de activo (no corriente y corriente), de patrimonio neto (recursos propios a largo plazo) y de pasivo (no corriente y corriente).
Algunos índices generales de las finanzas
- Liquidez. La liquidez es la capacidad de la empresa de atender sus compromisos y obligaciones de pago a corto plazo. No sólo contaremos lo que tiene la corporación en el banco y en la caja, sino también la posibilidad de cobrar deudas de clientes con nosotros, entre otros. Ese importe nos ha de permitir pagar deudas a corto plazo (que se cargarán en nuestras cuentas bancarias en menos de un año), bien sean de proveedores, de préstamos bancarios, pólizas de crédito, etc.
- Solvencia. En la misma línea que la liquidez, la solvencia la entendemos como la capacidad de la empresa para atender sus compromisos y obligaciones de pago a largo plazo. Mientras la liquidez puede ser un problema puntual de un momento dado, la falta de solvencia es un problema más permanente porque implica la imposibilidad de afrontar un futuro con garantías.
- Rentabilidad. Sería la capacidad de la empresa de producir beneficios y de la relación entre estos beneficios y las inversiones necesarias para alcanzar dichos resultados. La rentabilidad puede observarse en una empresa (en su totalidad) o bien en algo tan concreto como una máquina (donde miraríamos la relación entre lo que produce y la inversión que supuso la adquisición de dicho elemento inmovilizado).
Las finanzas son un mundo apasionante pero no exento de complejos. Si quieres profundizar en él puedes formarte en el mundo de la gestión financiera y/o de la contabilidad.
Después de estos conceptos básicos, un buen ejercicio es reflexionar sobre cómo aplicarlos a nuestra pequeña economía doméstica. ¿Te atreves?
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