Cómo crear un plan de incentivos para los empleados de una empresa
¿Incentivos económicos o no económicos?, ¿son eficaces?, ¿cómo fijarlos?… son algunas de las preguntas que cualquier empresa puede preguntarse a la hora de crear un plan de incentivos en su organización. Hoy veremos algunas pistas sobre cómo implantarlos. ¡Especialízate en nóminas y seguros sociales!
Tabla de contenidos
Qué es un incentivo y para qué sirve
Un incentivo, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es un estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la economía con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos. Un incentivo ha de mover a quien lo recibe a actuar de una determinada manera y, por tanto, desde el punto de vista de recursos humanos de la empresa, debería ser un elemento de motivación y de mejora del desempeño.
Tipos de incentivos
Existen dos tipos de incentivos en las empresas:
- Incentivos salariales. Tienen una traslación directa y clara en términos económicos, más salario. Dos casos clásicos serían el cobro de comisiones por las ventas alcanzadas y el pago con acciones de la empresa por alcanzar determinados objetivos económicos. Otros ejemplos son pagos que realiza la empresa y que, de alguna manera, suponen un ahorro para el trabajador: pago de cuotas de mutuas de salud privadas, copago de escuelas de hijos,
- Incentivos no salariales. Aquellos que no tienen una traducción económica directa pero que inciden, por ejemplo, en el bienestar de los trabajadores. Por ejemplo: mejora de los horarios, más vacaciones, flexibilidad laboral facilitando el teletrabajo
Objetivos del plan de incentivos
Un plan de incentivos en una empresa puede tener múltiples objetivos y utilidades. A continuación, citamos algunas finalidades interesantes:
- La principal ventaja es la ya mencionada motivación. El incentivo mueve a la acción y dirige los esfuerzos del trabajador hacia la dirección de alcanzar, a su vez, los objetivos de la empresa.
- Permiten medir el rendimiento y el desempeño de las plantillas. Si están bien diseñados y evaluados tendremos un estupendo instrumento de medición de la productividad de los trabajadores. Además, lograrán alinear esta motivación con los objetivos de la organización.
- Ayudan a retener el talento. En muchas ocasiones, los trabajadores no sólo valoran el salario sino también los incentivos, que como hemos visto pueden ser salariales o incentivos no económicos.
- Pueden fomentar el trabajo en equipo si la empresa propone objetivos grupales.
- Arraigan el sentimiento de pertenencia y de compromiso hacia la empresa, hacen partícipes a los trabajadores de los éxitos de la organización.
7 tips para crear un plan de incentivos
- El incentivo debe ser una estrategia win-win. Es decir, deben ganar tanto el trabajador como la organización.
- El plan de incentivos debe contar con un presupuesto específico. Si no, puede pasar a ser “papel mojado”.
- Es necesario haber realizado antes de su aprobación un diseño basado en cuestiones que a la plantilla le agradan y motivan. A menudo, existen organizaciones que dan incentivos poco motivadores porque no están alineados con las necesidades de los trabajadores. Por ejemplo, si en una empresa la plantilla es joven y está en franjas entre 25 y 40 años un buen incentivo podría ser el co-pago de guarderías para los niños de los trabajadores. Si es una empresa de gente muy joven (menores de 25 por ejemplo) este incentivo podría no ser muy pertinente.
- Debe contemplar cuáles son los comportamientos a premiar y los objetivos a alcanzar.
- El plan de incentivos de la empresa debe ser comunicado correctamente y el trabajador debe entenderlo. De nada motivará el incentivo si el trabajador no lo conoce a fondo.
- Los incentivos han de ser medibles. Por ello, debemos de tener indicadores para controlar la consecución de objetivos que permitan cuantificar el resultado obtenido y compararlo con el esperable. Por lo tanto, hemos de relacionarlos con variables como: número de clientes, nivel de facturación, beneficios, número de productos vendidos, grado de fidelización de los clientes a partir del nivel de repetición de los pedidos, media de satisfacción obtenida a través de cuestionarios en departamentos post-venta por ejemplo, evaluación con puntuación del superior directo, etc.
- El plan de incentivos debe ser re-evaluado sistemáticamente. Lo que hoy funciona no tiene por qué perpetuarse en el tiempo. El entorno, los objetivos de la empresa y las motivaciones de las plantillas evolucionan. ¡Tenlo en cuenta!
Actualmente, en las empresas nos podemos encontrar con multitud de tipos de incentivos. Desde incentivos económicos por ser meramente más productivo (vender más, tener más clientes, etc.) hasta incentivos que trabajan más las expectativas de futuro del trabajador (proporcionándole formación por ejemplo), la conciliación (jornadas flexibles o más días de vacaciones en períodos no escolares) o bien fomentando un ambiente de trabajo agradable (por ejemplo, organizando salidas after-work, diseñando espacios de relax y ocio en las instalaciones de la empresa, etc.)
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