Cómo mejorar y fomentar la cultura corporativa
Que la cultura corporativa es clave en el posicionamiento y éxito de la empresa es un mantra muchas veces repetido. Hoy hablaremos de ello.
Definiendo cultura corporativa
Muchas veces oímos hablar de la cultura corporativa de tal empresa o también de la cultura organizacional de alguna institución. Pero, ¿sabemos qué se entiende por cultura corporativa?
La cultura corporativa es, de alguna manera, la personalidad de la empresa. Es decir, el conjunto de normas, valores y pautas de conducta de los miembros integrantes de la empresa. Aunque la alta dirección tiene un importante peso a la hora de que la cultura corporativa sea de una u otra manera, las conductas y personalidades de la plantilla también contribuyen a que la cultura organizacional se configure. ¿Lo ideal? Que tanto las normas y procedimientos que lanza la gerencia como las actitudes de ésta y de la plantilla en general, vayan en la misma línea, compartiendo hábitos y valores o creencias.
Así, puede ser fruto de algo deliberado, es decir que la cultura corporativa sea algo consciente y que se haya enunciado por parte de la dirección o puede ser algo ligeramente más inconsciente y que se ha ido forjando con el tiempo. La cultura corporativa habla de cuestiones tan importantes como: ¿fomenta la empresa “realmente” la conciliación?, ¿cómo se trata a los trabajadores por parte de la gerencia?, ¿qué comportamientos se incentivan o se penalizan?…
“Cuando entras en la empresa todo el mundo te sonríe, se desviven por escucharte y comprender tus necesidades y desde el diseño hasta postventa, todo son facilidades”. Esta frase denota un tipo de cultura corporativa concreta donde, seguramente, los trabajadores tienen un buen clima laboral, están satisfechos y corre por su ADN poner al cliente en el centro de su estrategia.
“Mientras esperaba oí cuchichear a dos empleados hablando mal de su superior jerárquico. Cuando éste llegó a darme explicaciones, echó la culpa a terceros y no asumió su responsabilidad. Todo el mundo en aquella organización parecía malhumorado”. En esta situación seguramente vemos una cultura corporativa bastante negativa, donde la responsabilidad y la lealtad no son valores centrales y donde el clima laboral a buen seguro no es demasiado positivo.
“Nadie te obliga a trabajar el horario seguido. Si necesitas desahogarte puedes ir al gimnasio que se encuentra cerca de las instalaciones, dormir una siesta en algún sofá de la sala de relax o, incluso, jugar un rato con la consola. Cualquier cosa que facilite tu inspiración es bienvenida y las ideas que puedas proponer, por alocadas que parezcan, siempre son escuchadas por la dirección”. En esta situación está claro que el fomento de la creatividad, la innovación y la flexibilidad son valores corporativos.
5 tips para mejorar la cultura corporativa
De la definición anterior podemos ya intuir que la cultura corporativa es vital para tener una plantilla motivada y comprometida que se convierta en una plantilla feliz y de alto rendimiento. A continuación, os presentamos 5 recomendaciones para mejorar la cultura corporativa de la organización:
- La primera recomendación es que la empresa tenga clara qué tipo de cultura quiere fomentar. Facilita mucho el trabajo saber la misión, la visión y los valores de la organización. Una vez que la dirección la tiene definida, debe ser compartida por toda la organización y eso implica, principalmente, dos cosas:
- Que se comunique, cerciorándonos de que el mensaje ha llegado y se ha interpretado correctamente.
- Que se empuje a la plantilla para que la haga suya. Dar ejemplo desde la dirección o que se implique a los trabajadores en el proceso de expansión de la misma mediante actividades (lúdicas o laborales), procedimientos y otras opciones.
- Debemos plantear procesos de selección y de promoción alineados con nuestra cultura, impregnados de nuestros valores. De nada servirá que digamos que somos una organización que trabaja la igualdad de género cuando en los puestos de responsabilidad no haya ni se seleccionen mujeres, por ejemplo.
- Debemos tener un plan de formación donde, de manera específica o transversal, los valores corporativos se vayan trabajando. Aspectos como la orientación al cliente, el trabajo en equipo o la innovación, se prestan a ser trabajados en acciones formativas, clásicas o vivenciales.
- Dirigir y gestionar los recursos humanos de manera alineada con los valores corporativos. Superar la dimensión interna y que, a través del trabajo de todos los miembros de la organización, lleguen esos valores a otros stakeholders, como proveedores, clientes, etc.
- Además, hay que considerar que la cultura corporativa es dinámica, cambia con el tiempo, ha de adaptarse a los nuevos retos y oportunidades y que sea de ayuda para superar los obstáculos o barreras que, con el paso de los años, se vaya encontrando la organización.
La cultura corporativa, en definitiva, es un elemento estratégico para la supervivencia y crecimiento de la empresa.
¿Te atreves a pensar en alguna organización donde la cultura sea la innovación?
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