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Flujos de materiales en logística: qué debes saber

Flujos de materiales en logística: qué debes saber

Escrito por Andrea Pérez Mosquera

¿Te has preguntado alguna vez cómo se gestiona la logística de los almacenes? ¿Cómo se garantiza el adecuado almacenamiento de productos y su llegada al destino final en un tiempo y condiciones óptimas? Encargarse de que funcione como un reloj no es tarea sencilla, y para lograrlo, los profesionales se apoyan en un concepto clave: el flujo de materiales.

En este artículo exploraremos su definición, los tipos de flujo que existen y cómo se puede optimizar al máximo. Si deseas explorar esta cuestión en más detalle, porque aspiras a trabajar en el apasionante sector logístico, en Deusto Formación tenemos la formación especializada que necesitas: ¡nuestro Curso Superior de Logística, Distribución y Operaciones!

¿Qué son los flujos de materiales? Objetivo e importancia

Pocos aspectos son tan relevantes para el correcto funcionamiento de un almacén como el flujo de materiales. Con esto nos referimos al movimiento físico de productos desde su punto de origen hasta su destino final; un proceso que abarca las diferentes etapas de la cadena de suministro, desde la adquisición de materias primas hasta la entrega de productos a los clientes.

Este proceso resulta esencial por su capacidad para garantizar que los productos se muevan de forma eficiente y efectiva a lo largo de la cadena de suministro. De esta manera, se minimizar los costos, se reducen los tiempos de entrega, se maximiza la calidad del producto y se aumenta la satisfacción del cliente.

En los almacenes, sobre todo, un flujo de materiales fluido permite evitar cuellos de botella, reduce los tiempos de espera entre las diferentes etapas de la cadena y optimiza el espacio de almacenamiento. Como ves, ¡se trata de un elemento esencial para cualquier empresa!

Tipos de flujo de materiales: cuáles son

Un aspecto interesante sobre el flujo de materiales es que existen varios tipos diferentes. No obstante, la manera de clasificarlos puede variar según diversos criterios. Por ejemplo, puede hacerse tomando como referencia su relación con el sistema logístico (interno o externo), su sentido (entrante o saliente) o su ritmo y funcionamiento, como veremos a continuación.

Desde el flujo continuo, que destaca por su constancia, hasta el de distribución indirecta, que atraviesa varias etapas antes de llegar al cliente final, cada tipo de flujo tiene sus características.

¡Toma nota de los tipos de flujo de materiales más comunes!

Flujo continuo

El flujo continuo es aquel en el que los productos se mueven de manera ininterrumpida a lo largo de la cadena de producción, lo que lo convierte en el tipo más constante y uniforme. Es un tipo de flujo de materiales muy habitual en industrias como la automotriz, ya que se busca constantemente la reducción de tiempos de espera y la optimización de la eficiencia.

En el flujo de materiales continuo, cada paso del proceso de fabricación está sincronizado al microsegundo, de manera que se garantice un flujo constante de materiales y productos.

Flujo intermitente

A diferencia del flujo continuo, en el intermitente se realiza una producción en lotes o grupos de productos. Esto implica períodos de actividad y descanso intermitentes, por lo que no hay una actividad constante y continua. Este tipo de flujo de materiales es el más frecuente en sectores donde la demanda requiere procesos de fabricación muy complejos o en los que la demanda tiende a ser variable.

Flujo inverso

¿Alguna vez te has preguntado cómo funciona la gestión de devoluciones, reparaciones o reciclaje de productos desde el punto de vista del flujo de materiales? Aquí se realiza el denominado flujo inverso, es decir, el movimiento de productos desde el consumidor de vuelta hasta el fabricante o distribuidor.

Flujo de distribución directa

Cuando hablamos de distribución directa, nos referimos a ese flujo de materiales en el que los productos se envían de forma directa desde el fabricante o proveedor hasta el cliente final. Es decir, no se pasa por intermediarios. En este tipo de flujo, la eficiencia es esencial, ya que la entrega en tiempo y forma de los productos depende de cada movimiento.

Es un enfoque muy habitual en la venta al por mayor o al por menor. ¿El motivo? El objetivo principal de ese tipo de empresas es la reducción de costes y tiempos de entrega, eliminando en la medida de las posibles etapas innecesarias de la cadena de suministro.

Flujo de distribución indirecta

Este tipo de flujo de materiales es justo lo contrario al anterior, ya que en este caso el flujo sí implica que los productos pasen por varios intermediarios antes de llegar al cliente final. Es un enfoque típico en cadenas de suministro más complejas en las que la coordinación es esencial para satisfacer las necesidades del mercado.

¿Cómo optimizar el flujo de materiales?

Ya sabemos qué son los flujos de materiales y qué tipos existen. Ahora, debemos tener claras algunas pautas que nos permitirán optimizarlos, mejorando la eficiencia y la rentabilidad de las operaciones logísticas de cualquier empresa.

¡Lee con atención todas las claves que te facilitamos a continuación!

  • Diseñar un espacio eficiente. Uno de los trucos para optimizar el flujo de materiales en cualquier almacén es organizar el espacio minimizando las distancias y facilitando el flujo de trabajo de los empleados. Se pueden emplear tecnologías como la simulación de flujos de materiales para detectar y eliminar cualquier posible cuello de botella.
  • Automatizar los procesos en la medida de lo posible. Apostando por sistemas de automatización se puede mejorar la velocidad y la precisión en los procesos, reduciendo los errores humanos. Para ello, se recomienda implementar tecnologías como los sistemas de gestión de almacenes, el picking automatizado o los robots de carga.
  • Gestionar el inventario de manera precisa. Optimizar la visibilidad y la precisión del inventario es más sencillo si se utilizan técnicas como el just-in-time o la tecnología de identificación por radiofrecuencia. Así, se minimizan los excedentes, se evita la escasez de productos y, en general, se mantiene un control riguroso sobre los niveles de stock.
  • Optimizar las rutas de transporte. Aunque parezca un detalle menor, la realidad es que, planificando las rutas de entrega y aprovechando al máximo la capacidad de los vehículos se puede optimizar el flujo de materiales de forma notable. Minimizar los tiempos de tránsito y sus costes puede ayudar a mejorar la eficiencia operativa y a reducir las emisiones de carbono.

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En la logística moderna, el flujo de materiales es la columna vertebral que impulsa la eficiencia y la competitividad de las empresas. Ahora que ya conoces los aspectos fundamentales sobre este concepto, sus tipos y cómo optimizarlos, ¿te gustaría seguir aprendiendo y convertirte en un/a profesional capaz de llevar las operaciones logísticas de cualquier empresa al siguiente nivel?

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