10 claves para reciclarte y ser atractivo para las empresas
Tabla de contenidos
Recomendaciones para reciclarte
Como veíamos en un post anterior son varias las situaciones que pueden llevarte a necesitar reciclarte: puede que te hayas quedado en paro, que te pueda afectar un expediente de regulación de empleo futuro en tu empresa, que tus conocimientos y habilidades se hayan quedado desfasados y pierdas competitividad en comparación con tus compañeros de departamento, etc. Sea cual sea la situación, hoy iremos viendo 10 recomendaciones para reciclarte y seguir siendo atractivo para las empresas.
10 recomendaciones para reciclarte
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Conoce a fondo las causas por las que quieres o necesitas reciclarte. Conocer el porqué te orientará el camino.
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Ten un buen conocimiento de ti mismo, un DAFO personal que te sirva de herramienta de autoconocimiento. Es tu punto de partida. Nos ayudará a saber en qué eres bueno, en qué debes mejorar o cuáles son las competencias que tenías y que están obsoletas.
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Repasa lo que el mercado laboral pide para tu puesto de trabajo, qué competencias: conocimientos, habilidades y actitudes.
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Una vez sabes tu punto de partida y cuál es el punto ideal ya puedes trazar un plan de acción.
Detalla los objetivos, los pasos a seguir, las vías para conseguirlo, el tiempo y hasta el coste económico si es necesario. Podemos hablar de formación de reciclaje, de formación reglada de alto nivel como másters o posgrados, de estancias en el extranjero para consolidar idiomas, de prácticas para mejorar habilidades, etc.
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¡Fórmate! Trabaja:
- Tus conocimientos. Si quieres mejorar en tu sector es posible que necesites adquirir nuevos conocimientos bien sea de manera reglada o no reglada. Puede ser un nuevo grado universitario, un máster, pero también puede ser una formación profesional de grado superior, un certificado de profesionalidad o una formación no reglada pero que te ayude a cualificarte. Por ejemplo, si estás en el departamento de contabilidad, quizá te convenga formarte en gestión financiera para crecer en tu rama de manera integral
- Tus habilidades. El cambio puede venir de aprender a manejar nuevas herramientas, un software específico, etc. Por ejemplo, una enfermera puede pasar de estar en un centro de atención primaria a una unidad de cuidados intensivos y tendrá que reciclarse en cuanto a técnicas de dicha área puesto que hay maquinaria de respiración artificial, técnicas de intubación de urgencias, etc.
- Y tus actitudes. Aunque es la parte de las competencias más difícil de modificar, la buena noticia es que es posible. Uno puede entrenarse en ser más optimista, en trabajar de forma más cooperativa, en desarrollar un mayor nivel de sociabilidad, etc.
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Trabaja las soft skills o habilidades blandas.
Actualmente son muy valoradas. Son competencias transversales, que pueden ser comunes a muchos sectores, oficios y profesiones. Estas habilidades podemos definirlas como personales y sociales. Estas habilidades blandas o soft skills son competencias que requieren de un aprendizaje diferente al de los conocimientos concretos del trabajo. Generalmente son procedimientos de aprendizaje más lentos y que entroncan con la personalidad y la actitud. Se trabajan más que en clases magistrales a través de sistemas como el coaching, el mentoring, las formaciones experienciales, etc. Las soft skills incluyen habilidades y actitudes como las que se relacionan a continuación, más ligadas al cómo se desarrolla el trabajo que al qué se tiene que realizar.
- Capacidad de liderazgo.
- Trabajo en equipo.
- Cortesía.
- Gestión eficiente del tiempo.
- Orientación al cambio.
- Flexibilidad.
- Empatía.
- Asertividad.
- Pensamiento crítico.
- Gestión del estrés.
- Poder de negociación y de persuasión.
- Motivación.
- Autoconfianza.
- Orientación al cliente y a resultados.
- Capacidad de comunicación.
- Habilidades para la planificación.
- Integridad.
- Ética en el trabajo.
- Etc.
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Trabaja tu aversión al riesgo y piensa que, para reciclarte, es necesario salir de la zona de confort.
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Asesórate con profesionales de tu sector para que te orienten sobre qué valoran en el puesto de trabajo que ocupas. Además, puedes recurrir a mentores o a un coach que te ayuden en tu proceso de crecimiento y reciclaje profesional.
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Construye y utiliza una buena red de contactos. Quién sabe si después del reciclaje no pueden llegar oportunidades profesionales fantásticas.
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Sé perseverante, gestiona bien tu tiempo y mantén la motivación alta. Reciclarse es un proceso duro, que ocupará parte de tu tiempo personal. Tendrás que estar preparado para ello, para afrontar que tendrás que renunciar a ciertas cosas y que, incluso, tendrás que replantearte la conciliación familiar y personal.
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Y, por último, aunque parezca algo contradictorio con el punto anterior, guarda espacios para el ocio, para el relax y para la desconexión. Todo proceso de cambio agota y el descanso será básico.
Así que, como hemos visto, si estás valorando reciclarte, ten presente estos consejos y ¡ponte manos a la obra!
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