Cómo mejorar el rendimiento de los empleados de una empresa

Que el factor humano es clave en las organizaciones actuales es bien sabido por todos. Por ello, su rendimiento, el rendimiento de los empleados se convierte en crucial en la competitividad de nuestras empresas. Hoy veremos cómo mejorar este rendimiento de la plantilla. ¡Especialízate en un curso de gestión del talento!
En general, el rendimiento de un trabajador no depende de un sólo factor, sino que se requiere una aproximación holística al concepto de rendimiento. Es decir, que las plantillas produzcan más y mejor dependerá de múltiples variables, algunas de las cuales enunciamos a continuación:
- Procedimientos y organización de la empresa.
- Comunicación
- Suficiencia de recursos.
- Políticas más directas de recursos humanos.
Mejorar el rendimiento de los empleados
Procedimientos y organización de la empresa
Incide directamente en el rendimiento de un trabajador que tenga claros los procedimientos y proceso que debe seguir en su día a día. Las acciones y actividades a realizar, la secuencia de las mismas, los nudos de decisión de sus procesos, los tiempos y los recursos que necesitará en cada momento. En definitiva, es necesario que la empresa tenga implantada una óptima organización. A menudo, para garantizar este orden necesario, se recurre a procedimientos de gestión de la calidad, que nos ayudan a conocer mejor nuestros procesos organizacionales, los recursos, los tiempos, los costes, los clientes y usuarios, etc. Y, además, nos enfocan a trabajar con la filosofía de mejora continua.
Además, los trabajadores deben de tener muy claras sus funciones, cómo se interrelacionan éstas con las de otros compañeros y cuáles son, por ende, sus responsabilidades.
Comunicación
De nada servirían los procesos comentados anteriormente si la plantilla no tuviera claros los objetivos estratégicos y generales de la empresa, para, posteriormente, tener claro cómo encajan sus objetivos operativos más de departamento, servicio o sección. Así, es necesario que la dirección se comunique de manera fluida, periódica y clara con los empleados. Que los haga conocedores de las cuestiones más estratégicas: la misión, la visión, los valores, el plan estratégico corporativo, etc. Y también, que sea capaz de aterrizar estas cuestiones más macro en los planes de actuación más operativos.
Los trabajadores deben de tener muy claro en este caso cómo sus funciones contribuyen a la consecución de los objetivos estratégicos, a la vez que deben saber cuáles son sus objetivos más operativos y concretos, los de su rutina diaria. Además, deben desarrollar eficientemente sus habilidades de trabajo en equipo.
Recursos
Para alcanzar niveles óptimos de rendimiento no hemos de olvidar que las plantillas deben de estar correctamente dotadas. De lo contrario, la insuficiencia de recursos humanos puede provocar disfunciones importantes en los procesos, actividades, ventas, satisfacción del cliente final, etc.
Estrategias de recursos humanos
Las estrategias de recursos humanos para mejorar el rendimiento de los equipos pasan todas porque el trabajador se sienta contento y feliz. Esta obviedad se basa en gestionar adecuadamente los siguientes aspectos:
- Retribución. Salarios adecuados al mercado, a las funciones y a las responsabilidades son absolutamente imprescindibles para tener empleados motivados.
- Trabajo en equipo. En la medida de las posibilidades, el trabajo en equipo es un factor de motivación e implicación muy interesante.
- Buen liderazgo, por parte del responsable directo del departamento y de la dirección. Un liderazgo consciente, que impulse la autorresponsabilidad y fomente el empoderamiento de los equipos.
- Desarrollo. Contemplar como básico el desarrollo de las plantillas, mejorando sus competencias a través de formación, mentoring o cualquier otra estrategia, a la vez que promocionando internamente a los recursos humanos, con planes de carrera realistas pero ambiciosos y que se ajusten a las estrategias corporativas.
- Evaluación del rendimiento y del desempeño. Para corregir disfunciones, para impulsar todo aquello que funciona muy bien en las plantillas, para estimular a los trabajadores con estas evaluaciones, etc.
- Conciliación. Establecer políticas de conciliación de la vida personal con la laboral es algo muy demandado actualmente, sobre todo en perfiles laborales cualificados. Incentivar un buen equilibrio entre las diferentes responsabilidades vitales mejora la imagen que de la empresa tienen los empleados.
- Comunicación. Como ya se apuntaba anteriormente, es necesario que la comunicación interna sea fluida, constante, que evite rumores, que sea bidireccional y que permita el feedback continuo de manera tanto horizontal como vertical.
Conjugando estos factores se pretende que las plantillas estén más motivadas, implicadas e ilusionadas. La empresa debe tener una buena imagen de marca tanto externa como internamente. El sentimiento de pertenencia a un grupo, el orgullo de pertenecer a una corporación, la motivación a la hora de trabajar, la implicación en el desarrollo de los trabajos, la orientación a la excelencia, la integración del trabajo por objetivos alineando los individuales y los grupales con los corporativos, son claves para el rendimiento y productividad de los trabajadores de las empresas del siglo XXI.
El rendimiento de los trabajadores es algo cuantitativo, pero cómo maximizarlo tiene que ver, actualmente, con aspectos tan intangibles como los de cuán felices son las plantillas.
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